El elemento BM.22542 , la maldición.



  
Princesa Amen-Ra
 Esta es la historia de una  momia considerada, maldita, le acusan ciertos sectores del mundo esotérico y paranormal de ser una de las causas del hundimiento del Titanic, incluso la gran responsable  de esa tragedia por esa carga de maldad que conlleva.
Amen-Ra era una princesa egipcia, según estudios históricos la sitúan entre 1050 o 1500 aC . Su tumba en Luxor fue excavada en la década de 1880 por cuatro ingleses muy adinerados, visitaron el sitio de excavación y estando fascinados por el descubrimiento de Amen-Ra, uno de ellos compró la momia y el sarcófago a las autoridades de antigüedades, llevándolos a su hotel. Estos cuatro hombres se convertirían en las primeras víctimas de la maldición. El hombre que compró los restos de Amen-Ra entró en el desierto, unas horas más tarde y nunca fue visto después. Al día siguiente de la visita a las excavaciones de Luxor, otro de los jóvenes fue alcanzado por un disparo de forma accidental por un funcionario egipcio y su brazo tuvo que ser amputado dada la gravedad de la herida. Los dos hombres restantes regresaron a casa sanos y salvos, sin embargo, pero uno de ellos al llegar a su hogar descubrió que estaba arruinado económicamente ya que su banco había quebrado y el cuarto hombre cayó enfermo,  quedándose desempleado y se vio obligado a vender fósforos en la calle para sobrevivir. Una tragedia personal.
La momia cayó en manos de una mujer, cuya vida se convirtió en un tormento, sus animales murieron al día siguiente, ella cayó en coma, pero en un breve estado de lucidez, pidió deshacerse de la imagen y curiosamente su salud mejoró.
British Museum
 De un modo u otro Amen Ra llegó a Gran Bretaña. La momia fue comprada por un hombre de negocios de Londres, quien la donó al Museo Británico en 1889, por unos motivos,  su casa se quemó y tres de sus familiares resultaron gravemente heridos en un accidente de carretera.  Pero la leyenda de esta momia se extiende por su alrededor, se dice que uno de los trabajadores que aquel día ayudó a descargar la momia en el museo se rompió una pierna, un segundo murió misteriosamente y el camión que transportaba a Amen-Ra  arrolló a un peatón.
Cuando Amón-Ra fue puesta en exhibición, los vigilantes nocturnos comenzaron a comunicar a la dirección que unos  fenómenos extraños que ocurrían por la noche, incluyendo como actividad paranormal tipo poltergeist, sonidos de llanto y martillando desde dentro del sarcófago incluyo se llegó a mencionar  vieron una aparición de la misma, cuyo rostro lo describen como horrendo, arrugado y de color verdusco. Las misteriosas muertes también continuaron; uno de esos vigilantes nocturnos falleció inesperadamente y también el hijo de un visitante que sustrajo un pequeño elemento del ataúd.
 Un fotógrafo y periodista decidió investigar la historia de la maldición, pero cuando vio que una de sus fotografías del sarcófago mostraba un rostro humano, se encerró en una habitación y se pegó un tiro. Según las leyendas que nos ofrece el caso se dice que vio un rostro joven, pero al poco tiempo vio como cambió a un rostro de una anciana con un gesto de maldad.

 Amen-Ra fue vendida a una colección privada para acabar encerrada en un sótano. El hombre que supervisó la venta fue encontrado muerto poco después, y uno de sus ayudantes cayó gravemente enfermo. Después de que había sido trasladada a un ático, la conocida ocultista rusa  Helena Blavatsky, visitó el edificio, inmediatamente sintió "una influencia diabólica de intensidad increíble". El propietario pidió a la ocultista exorcizar la momia, pero ella respondió: "No hay tal exorcismo para esto. El diablo continúa diablo por siempre. Nada se puede hacer al respecto. Le imploro librarse de este artefacto diabólico tan pronto como sea posible".
 Amen-Ra fue finalmente vendida a un arqueólogo estadounidense que dispuso todo para el envío marítimo a Nueva York en abril de 1912. Ese barco era  precisamente el Titanic y se hundió el 15 de abril de 1912, significando la muerte para 1517 personas. Por lo general, la historia termina aquí con la momia perdida en el fondo del Océano Atlántico. Sin embargo, a veces se amplió la leyenda y los chismes para culpar a la momia de más desastres marítimos. Se dice que el coleccionista había sobornado a uno de los tripulantes para colocar la momia en un bote salvavidas y así ella hizo de manera segura la travesía a Estados Unidos. 
 La maldición continuó sembrando desgracias en Estados Unidos y el sarcófago con la momia fue enviado en otro trasatlántico, el enorme buque "Emperatriz de Irlanda". El trasatlántico fue golpeado por un carguero noruego de carbón, en el río San Lorenzo, el 29 de mayo de 1914 y se hundió con la pérdida de 1024 vidas. La pieza arqueológica de Amen-Ra volvió a sobrevivir una vez más en una tragedia marítina.  En un último intento de eludir la maldición, la momia de Amen-Ra fue colocada de nuevo en otro trasatlántico y comenzó su viaje de regreso a Egipto. La nave era el “Lusitania” que se hundió en cerca delas costas de Irlanda, el 7 de mayo 1915, después de ser alcanzado por un torpedo disparado desde un submarino alemán en la I Guerra Mundial. Cerca de 1200 personas perdieron la vida en este caso. Se cree que la momia y el sarcófago de Amón-Ra se hundieron con el barco. Estos reportes han circulado más bien como leyendas urbanas, puesto que no hay constancia con base fiable en muchos aspectos sobre los sucesos que se mencionan.
Los estudios sobre la historia de esta maldición nos dicen que es ficticia, no se aferra a la realidad,  pero obviamente todas estas historias se ha vinculado con un objeto de un museo real, el elemento BM.22542 o más conocida como la Momia de la Mala Suerte  que se exhibe  en museo británico. Las historias se creen que fueron alimentadas por el sensacionalismo morboso que difundía  la prensa inglesa por aquellos tiempos, algo que también habitual incluso en nuestros días.

La momia  es en realidad una tabla de la tapa de un ataúd interior, no existe, que tengamos conocimiento, la mencionada momia. Tiene 162cm de largo y data del año 950 o  900 aC. Está decorada con la cara pintada de una mujer, se cree que era una sacerdotisa de Amón-Ra. Fue donada al museo en julio de 1889. Ha estado en exhibición en el Museo Británico desde 1890. La momia del ataúd del que proviene la tapa, no ha salido de Egipto nunca, hasta donde se sabe, según fuentes indican que se encuentra controlada por el ministerio de antigüedades de Egipto.
 En el  Manual de Arqueología Funeraria Egipcia la describe como "decorada con un elaborado pectoral, con figuras de los dioses, símbolos sagrados de Osiris e Isis, y en los pies, dentro de una urna coronada, un cartucho de papiro que contiene el nombre y el prenombre de: Amenofis I, uno de los primeros reyes de la dinastía XVIII y gran benefactor de los sacerdotes de Amón en la ciudad de Tebas.
Lógicamente, esta historia tiene una solución, si los informes del museo británico no han sido manipulados, los propios empleados nos dan la solución al enigma de la maldición de la princesa Amen-Ra.

Uno de los conservadores del museo británico escribió una nota en su cuaderno de trabajo bastante clara: "... ninguna momia que haya hecho cosas de este tipo estuvo jamás en el Museo Británico... La tapa nunca viajó en el Titanic,...jamás fue a América."
Evidentemente, la noticia de que viajó en el Titanic fue lanzada por un periodista amante del movimiento espiritista y del ocultismo, ávido de protagonismo y notoriedad, circunstancia que en nuestras fechas actuales siguen muchos divulgadores lanzando historias sin sentido ni rigor histórico, por lo que no es nada nuevo. Esta difusión surtió un notable efecto entre la sociedad británica en su momento, pero la verdad siempre acaba imponiéndose.
Una historia de maldiciones egipcias, de momias, de nefastos presagios a todo aquel que osara portarla, que acabó siendo una leyenda urbana, pero que  no deja de ser curioso el trabajado historial de desastres.

Un thriller victoriano: "EL ANIMAL MÁS PELIGROSO"




Gabriel A. Pombo.
Gabriel Pombo ha sido y es un invitado habitual en este blog. Sus indagaciones, opiniones sobre unos de los crímenes más enigmáticos de la historia han sido base para muchos investigadores y divulgadores que se adentraban en la oscuridad del Londres victoriano en busca de la identidad del mítico "Jack el destripador", no cabe ninguna duda de que Gabriel A. Pombo es uno de los mayores expertos de este mítico asunto de criminología.


En agradecimiento por sus colaboraciones, sus consejos sobre estos casos, es un placer poder conmpartir en este blog su promoción de novela basada en un caso real. Cada página es una aventura a lo desconocido, al mundo de callejones sin salida, a la intuición entre nieblas, sombras y personajes sombríos y, sobre todo, a conocer como se movían la autoridades y sus enemigos en aquel Londres de finales del siglo XIX.
Aquí os dejo la interesante sinopsis de su novela.


El animal más peligroso : Un thriller victoriano (2016) es una novela de suspenso del escritor uruguayo Gabriel Pombo publicada en MontevideoUruguay.
La trama se enmarca en hechos reales, y se ambienta en la Inglaterra de fines del siglo XIX, haciendo alusión a los homicidios históricos de 'Jack el Destripador' y a los del 'Descuartizador del Támesis', y describiendo la persecución de estos asesinos llevada a cabo por detectives contratados por el 'Comité de Vigilancia de Whitechapel'.

La obra se inicia con una escena, a manera de preludio, que se sitúa en la localidad de Battersea (ribera sur del Támesis) en septiembre de 1873. Aquí se describe un sacrificio humano consumado por una secta satánica liderada por un misterioso "Maestro". En la sala ritual, hay un túmulo donde se efectuará el sacrificio, y otros símbolos impíos. El jefe es asistido por una extraña mujer vestida de color escarlata, y por un joven secuaz de cabeza rapada y toga marrón. Los esbirros que desde el exterior traen maniatada a una víctima anónima, informan que no pudieron capturar también a los dos hijos de ésta (una niña y un muchacho), quienes lograron escapar.
Los siguientes capítulos de la parte inicial (unas 200 páginas del texto), dan un salto temporal, y se centran en las actividades de detectives contratados por el Comité de Vigilancia de Whitechapel, entre octubre y noviembre de 1888. El lugar geográfico oscila desde el East End de Londres, donde tuvieron cabida los homicidios del Destripador, al centro de esta capital en Westminster, donde reside el líder de los investigadores.
La segunda parte (algo más de 100 páginas), cobra un ritmo más dinámico, característico del subgénero thriller.
Se retrotrae a mayo de 1887, cuando tiene inicio la segunda tanda de crímenes de 'The Torso Thames Killer', tras el hallazgo de un cadáver desmembrado en la localidad de Rainham. La conexión de este homicidio con otros acaecidos más de una década atrás, se establece en un diálogo entre el médico forense Thomas Bond y el detective Arthur Legrand.
Tras ello, el relato da nuevos saltos temporales. Se llega así a la madrugada del 31 de agosto de 1888, cuando finiquitaron a Polly Nichols (primera víctima canónica del Destripador),y se contempla el modus operandi criminal de éste.
Luego se verá cómo la cofradía diabólica sigue actuando. Se sabrá que la secuaz vestida de escarlata (Diana) oficia como entregadora de desprevenidas chicas, que serán sacrificadas en tenebrosos rituales. Finalizados éstos, se esparcirán, desde un barco propiedad del maestro satánico, los restos trozados de esas víctimas en el río Támesis.
El nuevo hito narrativo surge cuando un integrante de la orden (Fred) se introduce en la sede en construcción de Scotland Yard, y deja oculto un torso femenino, que será hallado más tarde, el 2 de octubre de 1888.
Tras un capítulo que da cuenta del paso del tiempo, y de que en junio de 1889 se descubren nuevos trozos humanos en el Parque de Battersea, el secundario personaje de Fred comienza a adquirir relieve.
Se sabrá que repara chalupas y funge de conductor de navíos en el río Támesis, y que será entrevistado en su taller por los detectives, a quienes, por motivos privados, está dispuesto a brindar información para hacer caer a la secta criminal.
Los capítulos de cierre, describen una ceremonia homicida en la ribera de St Catharine, durante la noche del 9 de septiembre de 1889, y los sucesos de la madrugada siguiente, donde será descubierto en Whitechapel el llamado 'Torso de la calle Pinchin'.
Se trató del último posible crimen del 'Descuartizador del Támesis'. La interrupción abrupta y enigmática de esta secuencia macabra será objeto de las páginas finales de la novela. En ellas, tendrá lugar el enfrentamiento decisivo de Arthur y de Bárbara con el 'Asesino del Torso de Támesis' y, también, con 'Jack el Destripador'.
La novela presenta personajes históricos interactuando con personajes de fantasía, sobre los cuales recae el protagonismo (y que por tanto son constantemente citados a lo largo de la obra).Acceder
Así pues, el investigador Arthur Legrand no gozó de existencia real, ni tampoco su par femenina, la joven periodista Bárbara Doyle.
Asimismo deviene imaginario, el personaje que encarna al Asesino del Torso, y en forma simultánea, al "Maestro" del clan maléfico. También es ficticio, quien funge como hijo natural de aquél, el cual a su vez oficia en el rol de Jack el Destripador. Tampoco existió la satánica cómplice del Descuartizador del Támesis, la aristocrática "Diana", ni tampoco "Fred", el joven barquero que deserta de la cofradía diabólica.
Dentro del pequeño grupo de detectives hay, en cambio, registros históricos de Charles Legrand (o LeGrand), del ex policía John Head Batchelor, y del agente en actividad Thomas Barrett.
En roles secundarios, aparecen individuos de existencia real que fueron relevantes en la investigación oficial de aquellos crímenes, a saber: Los inspectores jefe de Scotland Yard Frederick George Abberline y Henry Moore, el cirujano forense Thomas Bond, el presidente del “Comité de Vigilancia de Whitechapel” George Akin Lusk, el médico patólogo Thomas Openshaw, y el testigo George Hutchinson.


VIDEO PROMOCIONAL DE LA NOVELA
(Voz del propio autor)


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EL TERROR A LA RIBERA DEL TÁMESIS


PÁNICO E INCERTIDUMBRE EN EL TÁMESIS



 El personaje de "Jack el destripador" siempre evoca una sensación de misterio impenetrable, una vida hermética y oculta, cuya silueta está por describir todavía pese a los relatos aportados por diferentes testimonios en la época victoriana y los estudios recientes de diversos expertos, sin embargo, poco o casi nada sabemos de un personaje que convivió cierto tiempo con "Jack el Destripador", un personaje apodado como “EL ASESINO DEL TORSO  DEL TÁMESIS”. Y lo ve iba a la zaga…
Cuando el cirujano Thomas Bond tuvo que realizar el posterior estudio forense su mente fue un avispero de incógnitas, un torbellino de problemas que debía sumar al complicado y escurridizo asesino que campaba a sus anchas por el barrio de Whitechappel. 
Surgió un nuevo personaje dispuesto a poner en jaque a la poderosa Scotland Yard, sin identidad, sin huellas, sólo servía el mote que se le puso para diferenciar un crimen de otro, “El asesino del torso del Támesis”, no sólo fue una víctima sino varias, todas ellas descuartizadas. Una época marcada por el terror, entre farolas mortecinas de luz de gas que competían con la poderosa niebla del Londres de la época victoriana…
Y no podía ser de otra forma, ya habitual en nuestro blog, Gabriel A. Pombo, no sólo nos informa de este caso para conocerlo mejor sino para dar a conocer su nuevo trabajo, mezcla de investigación real y concisa con ficción, una ardua tarea que ha dado fruto a su novela “El animal más peligroso”, un thriller ambientado en la época del Londres del siglo XIX, con la compañía de los más sanguinarios asesinos que, a la postre, serían legendarios. El asesino del torso del Támesis se convierte en uno de los misterios más inquietantes.


- Gabriel, ¿qué nos puedes contar sobre este enigmático personaje? ¿Es cierta la coincidencia con el asesino más legendario? ¿Estamos hablando, hipotéticamente, del mismo personaje, es decir Jack y el desconocido del Támesis?


 La coincidencia radica en que las dos secuencias de crìmenes, es decir: los perpetrados por Jack the Ripper, y los cometidos por el Asesino del Torso de Tàmesis se verificaron ambas en època concomitante. Los asesinatos consumados por el homicida serial màs conocido y mediàtico (o sea, Jack el Destripador), temporalmente, acaecieron desde fines de agosto de 1888 hasta el 9 de noviembre de ese año. En cambio, los desmanes adjudicados al otro delincuente se extendieron durante un perìodo bastante màs prolongado, a saber: desde setiembre de 1873 hasta setiembre de 1889, o sea, duraron dieciseìs años, contra las sòlo diez semanas en que estuvo activo el Asesino de Whitechapel.

- ¿El modo de actuar “Jack the ripper” es compatible con el “asesino del Támesis? ¿En que se basan esas diferencias?

 La semejanza màs obvia estriba en que en ambos casos las vìctimas resultaron mujeres, y en que el modus operandi utilizado por los responsables fue particularmente sàdico. Mientras el Ripper atacaba en las calles del paupèrrimo distrito de Whitechapel, el Asesino del Tàmesis agredìa a sus presas humanas en distintos puntos de la geografìa britànica y se desembarazaba de los restos trozados de los cadàveres en el rìo Tàmesis y sus aledaños.
Diferencias habìa muchas, lo cual acredita que, por cierto, se tratò de dos personas distintas (no de un mismo sujeto como postulò algùn ensayista). Tal vez la principal fue que el criminal del Tàmesis mataba mujeres que no necesariamente eran prostitutas. Si bien sus vìctimas (salvo en una ocasiòn) nunca fueron identificadas, los forenses concluyeron que eran mujeres que no ejercían el meretricio. Aquellos restos humanos pertenecìan a fèminas bien alimentadas, con manos bien cuidadas, o sea, rasgos impropios de las míseras y desnutridas rameras con las que se encarnizaba el Destripador.


- Todos sabemos que durante aquellos años (hablamos desde 1880 hasta bien entrado el 1900), era una época en que las universidades y academias de Londres avanzaban mucho en estudios de la medicina, sobre todo en la cirugía. ¿Es posible que sean restos humanos de prácticas de universitarios? ¿Bromas macabras de estudiantes sin escrúpulos?


Los excelentes médicos forenses, con que contaba por aquellos años Scotland Yard, dictaminaron que los trozos corporales hallados en torno al río Támesis pertenecían a víctimas, y no a cadáveres que hubieren sido objeto de disección clínica en autopsias. Así lo explicó, entre otros, el insigne galeno Thomas Bond. Esa opinión quedó registrada, no ya en encuestas judiciales, sino también en revistas médicas de la talla de "The Lancet".

- "Jack el destripador" tuvo más “magia y glamour” que este que estamos tratando, “el asesino del Torso del Támesis” ¿Por qué tuvo uno más importancia que otro? ¿Qué causas fueron para que destaque uno más que otro en la historia criminal?

 De las víctimas de Jack the Ripper se supo sus nombres, sus apellidos y sus alias. Tenían rostros que las identificaban, amigos, parientes y conocidos. Eso no ocurrió con las mujeres cuyos patéticos trozos de cadavéricos que emergían del Támesis y sus alrededores. Las autoridades británicas de entonces no podían ocultar la existencia de una saga homicida. La prensa aprovechó la oportunidad, e hizo su agosto brindando tremenda cobertura y difusión a aquellas tropelías. El fracaso en detener al responsable puso en ridículo a la policía inglesa y provocó incluso la renuncia del jefe máximo el general Charles Warren.
Nada de esto sucedió con la saga de homicidios del Asesino del Támesis. Éste era más reservado en su accionar, y sus presas humanas eran desconocidas. Era posible ocultar la realidad de esta amenaza, pero en cambio la amenaza provocada por los crímenes del Destripador era flagrante. Si Scotland Yard no podía proteger a la población de la obra letal de un único victimario, no devenía conveniente que admitiese que también resultaba impotente para capturar a un segundo asesino similar.

- Hubo un torso, encontrado en 1889, en concreto en la londinense  calle Pinchin, la presunta víctima que localizaron en dicha calle, al parecer había sido desmembrada, además  no le habían quitado ni sustraído ningún órgano a aquel cuerpo. Los miembros que faltaban nunca se hallaron, fue en escenario que causó cierto impacto a la policía, se lo atribuyeron a Jack el destripador, pero parece que se descartó, y pasó a engrosar la lista negra de su coetáneo, como si fuera una excusa en las investigaciones. Gabriel, ¿Qué hay de cierto en esta historia? ¿Qué pasó realmente para tu opinión?

Al presente ningún experto suscribe el parecer de que la víctima cuyo torso se descubriese el día 10 de setiembre de 1889 en la calle Pinchin fuese asesinada por el Destripador. La única coincidencia aquí residió en la región donde se localizó ese resto humano, o sea, el distrito de Whitechapel sito en el este de Londres, el cual constituía el coto de caza de aquel ejecutor. La opinión predominante finca en que aquella desdichada configuró una presa humana del Asesino del Torso de Támesis. Concuerda a la perfección el modus operandi aplicado para eliminarla. Además, los cirujanos forenses establecieron que se trataba de una señora bien nutrida y con trazas de ser de buena condición social, y no una desastrada meretriz residente en aquella zona. Que el  trozo del cadáver se depositase en Whitechapel tampoco deviene tan extraño en el accionar del Descuartizador del Támesis, el cual esparcía restos femeninos no únicamente en las aguas de ese río, sino tierra adentro.

- El doctor Thomas Bond, a la sazón flamante cirujano jefe de la Policía Metropolitana de Londres, realizó un encomiable y lóbrego trabajo: fue reconstruyendo de uno de los cadáveres encontrados, cosiendo una a una las piezas de partes humanas desmembradas que iban encontrando. ¿Acertó en la reconstrucción? ¿Qué papel le has encargado en tu publicación?

 El doctor Thomas Bond fungió en calidad de médico forense en la Policía Metropolitana de Londres, corrientemente designada "Scotland Yard", desde el año 1873. Dio la coincidencia que ya por entonces comenzaron los sórdidos hallazgos de fragmentos humanos en torno al río Támesis. En setiembre de ese año se fueron recolectando trozos de una fémina descuartizada en la región de Battersea.  El perito trabajó sobre la desollada testa de esa desventura y realizó una estupenda tarea de reconstrucción facial que, empero, no sirvió para que se individualizase a esa desconocida. También le cupo a este insigne facultativo una intervención valiosa en el caso del Destripador, pues efectuó la autopsia de la víctima Mary Jane Kelly. Respecto a este caso criminal, destacó gracias a un informe que practicó a pedido de las autoridades, en el cual brindó el primer perfil criminológico del que se tiene noticia, en pos de descifrar quién podría haber sido Jack el Destripador. Un personaje de tal fuste no podía quedar al margen de una novela donde se tratase acerca de estos estos temas criminales y, por cierto, participa en forma secundaria en ella.

- Todos estos sucesos,  aterradores sin lugar a lugar, tanto de uno como de otro, añadiendo el ambiente de brumas y la famosa niebla de Londres Ha dado un buen argumento y material para tu nueva novela “El animal más peligroso”. ¿Cuánto tiempo has estado detrás de este thriller? ¿Qué fue lo que te animó a dar este paso con el “Animal más peligroso”?

 Constituyó para mí un desafío incursionar en la novela, y más aún dentro del sub género del thriller, ámbito literario en el cual hasta el momento no había ingresado, pues mis anteriores publicaciones versaron acerca de ensayos e investigaciones históricas.
¿Que mejor que embarcarme en esta aventura que tratando un asunto del cual tanto estudié, como la era victoriana y el caso del Destripador? Sin embargo, en la trama se incluye a la masacre causada por el Asesino del Torso de Támesis; asunto criminal paradigmático igualmente, aunque mucho menos conocido que el de Jack the Ripper.
Unir en la ficción ambos casos delictivos tenebrosos e irresueltos me entusiasmó mucho, y aguardo que el lector se vea tan seducido como yo, cuando se adentre en la lectura de esta novela.
En cuanto al lapso insumido en terminar el manuscrito, más o menos me insumió cuatro meses. En este período, incluso, sólo pude dedicarle a la escritura una porción bastante escasa de tiempo dado que, como es sabido, ejerzo como abogado, profesión muy absorbente.

- ¿Por qué recomendaría esta novela? ¿Sólo para entendidos de criminología o está abierto a todo el público?

 No queda bien que el mismo autor recomiende su libro, pero ya que lo preguntas, diría que la trama puede interesar y gustar a un público sumamente amplio. No hace falta ser un conocedor del tema para disfrutarla. Intenté poner en las páginas de esta obra los ingredientes inherentes al thriller. Ritmo narrativo fluido, vueltas de tuerca, sorpresas a granel, y personajes dinámicos, con los cuales aspiro que el lector sienta empatía.

- Aunque el método es muy diferente por la diferencia tecnológica, ¿Puede servir esta novela como inspiración a futuros criminólogos para ayudar en sus pesquisas?

 Mi intención al escribirla es mucho más modesta. Sólo pretendo que el lector, interesado en la temática criminal, o aquel profano en la materia, se entretenga, su atención sea captada, y pase un agradable momento al introducirse en el universo allí narrado.

- He tenido el privilegio y honor de leer tu novela, apasionante, palpita en cada capítulo la tensión que genera la búsqueda y captura de un asesino “sin nombre ni formato”.  Unos personajes bien elegidos para acompañar a esta novela, Arthur Legran y Bárbara Doyle, que podemos reflejarnos en ellos durante sus pesquisas. Supongo que no es nada fácil crear una novela basada en un caso real y más cuando apenas existen datos de estos crímenes, ¿Cómo se trabaja para conseguir información creíble? ¿Te has inspirado en alguien para tus personajes de “ficción”?


Agradezco tus palabras, que se son sinceras, y deseo que todo aquel lector de la novela sienta lo que tu dices, es decir: que el relato devenga apasionante y, por ende, despierte atención y entusiasmo.
Los protagonistas Arthur Legrand y Bàrbara Doyle conforman una pareja de detectives ficticios sobre quienes recae el mayor peso de la novela. Integran el bando de los "buenos" que enfrentan a los "malos", encarnados por Jack el Destripador y por el Asesino del Torso de Támesis". Me valí de personajes de fantasía, para ese papel primordial, porque consideré que ello me dejaba un amplio margen de acción, que no hubiese tenido de haber optado por personajes con registros históricos. No obstante, en la trama intervienen personajes que gozaron de existencia real, y procuro ser lo más respetuoso posible con las actividades que se le conocen a éstos en orden a estos casos criminales. 
Por ejemplo, tuvieron existencia real, y actúan aquí en forma secundaria, entre otros, el doctor Thomas Bond ya aludido, el inspector de Scotland Yard, Henry Moore, y el testigo George Hutchinson.

- La novela está muy esquematizada, basándose en la historia real pero, ¿hay algún hecho especial que haya tomado para este libro? ¿Qué parte del libro ha sido la más intensa a la hora de describirla?

 Más que algún hecho real que se destaque con mayor intensidad que otros, la novela engarza una serie de hitos criminales, cuya crónica se refleja para que el lector conozca el trasfondo histórico en que la acción se desarrolla. Tal base histórica está dada por los cinco homicidios canónicos endilgados al Asesino de Whitechapel, y de los, al menos, seis asesinatos atribuidos al Descuartizador del Támesis,

- Esta novela publicado con notable éxito en latino américa,  ¿podemos conseguirla en España en papel?

 No me puedo quejar de la resonancia que el libro va teniendo en mi país Uruguay, que es donde, por ahora, circula la obra. También me ha halagado mucho la positiva crítica recibida por parte de blogs y sitios web de crítica literaria, que tuvieron a bien dedicarle comentarios y reseñas. Mi aspiración es que llegue a España, pero para ello dependo de obtener patrocinio de alguna editorial fuerte.
GABRIEL A. POMBO

- A ello debo felicitar la elección de Alejandro Colucci por sus impresionantes imágenes que nos ofrece en su portada. Ya colaboró contigo en la creación de “Jack el destripador, la leyenda continúa”. ¿Un gran acierto su elección para derrochar su imaginación que rebosa para estas publicaciones? Os dejo link del artista "A. Colucci, ilustrador"

 Alejandro Colucci es un genial ilustrador. He tenido la fortuna de que elaborase la portada de esta novela, que basta con verla para apreciar su notable calidad. Supone una brillante introducción al contenido de la obra; ambientan al lector en las brumas misteriosas de esta historia.

- Dígame Gabriel, imagínese en solitario, en el centro de un puente victoriano, en la oscuridad alumbrado por esa caricia que nos ofrece la Luna, en un extremo espera la silueta de Jack el destripador, ya sabes cómo las gasta, en el otro “el asesino del Torso del Támesis”, no me vale saltar por la barandilla. ¿Qué salida decide para jugársela al todo o nada?

 Bueno, me quedaría muy quieto esperando que esos dos siniestros sujetos pasaran al lado mío sin darme importancia. Rezaría por que no se les ocurriera justo allí cambiar de tipo de presa. Pues, que se sepa, no mataban a hombres.(risas entre ambos).

-  Seguramente, te has guardado alguna sorpresa para el futuro, sabemos que el mito y leyenda sigue vivo. ¿Podemos esperar una segunda parte, te atreves a adelantarnos algo en exclusiva?

La pareja de detectives de ficción ha gustado, y ya varios lectores han pedido que escribe una saga con esos personajes. Incluso en el espacio web "Susurros de bibliotecas", la magnífica comentarista propietaria de ese sitio comentó mi novela señalando, como única pega, que le parecieron escasas las páginas destinadas a las andanzas de Arthur y Bárbara. Más que una crítica eso constituyó para mí un halago. Ojalá todos los lectores se queden con  deseos de conocer más sobre estos entrañables personajes. En cuanto a si habrá una saga con ellos, sólo el tiempo lo dirá. 


GRACIAS GABRIEL A. POMBO.




El asunto sobre "el asesino del torso del Támesis" ya tratamos con anterioridad de acercar a los seguidores de este blog, así como interesados en estos asuntos de misterio por resolver, tuvo una excelente acogida la entrevista, le indicamos también nuevos enlaces para conocer este tema apasionante y envuelto en misterio.








Para los interesados en conocer más sobre su autor y su obra les muestro su blog personal y la portada de su novela, "EL ANIMAL MÁS PELIGROSO"




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